Era como se llamaba una de las
organizaciones más misteriosas de la Tierra siendo a la vez uno de los grupos
más poderosos y ricos de Europa. Fue fundada por Hugo de Payns, un caballero
cruzado, y un grupo de ocho franceses, en el año 1118. El concepto original era
proteger a quienes acudían a los lugares santos, más tarde convertidos en una
orden religiosa – militar conformada por guerreros feroces y sangrientos. Al
rey Balduino II le gustó la idea y así nacieron los Templarios.
Balduino los instaló en un palacio cercano al antiguo
templo de Salomón, actuaron como banqueros de los peregrinos, por lo que
obtuvieron grandes riquezas si bien guardaban votos de pobreza, obediencia y castidad.
Posteriormente su gran riqueza se desvanece y los mitos y leyendas con respecto
a ello son amplios y diversos. De paso se cree que fueron los custodios del “Santo Grial”.
En el año 1097 de nuestra era, cuando
los musulmanes dominan el oriente medio, un ejército de unos cuatro mil europeos
marchan hacia lo que llamaron Tierra Santa. Son enviados por el Papa Urbano II para
libertar la ciudad de Jerusalén. Entre batallas, enfermedades y hambre se
cobran muchas vidas y apenas unos mil llegan al ansiado destino.
El Rey Balduino le concedió a los
Templarios un lugar del antiguo templo judío, donde por un tiempo el mismo
Jesús predicó. Debajo de ese templo
estos caballeros hicieron uno de los descubrimientos más extraordinarios de
todos los tiempos pues allí se guardo “El Arca Sagrada de la Alianza”. Sin
embargo esta ha sido una información más que oculta y de la que se relatan
diversidad de variables. Lo que si es cierto es lo que sucedió después.
Hugo de Payens asiste al concilio de Troyes en Francia, que se
discutió allí nadie lo sabe. Pero lo cierto es que el Papa Honorio II les da a los Templarios su
bendición. Se dice que hoy en día conforman el grupo conocido como masonería.
Para el tiempo de las cruzadas y sobre
las ruinas del Templo Judío, los musulmanes, habían construido una mezquita que
aún existe denominada: El Domo de la Roca.
No hay comentarios.:
Publicar un comentario